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En Méru, una ciudad de Alta Francia, en el departamento de Oise, se encuentra el Musée de la Nacre et de la Tabletterie, un museo muy especial dedicado al trabajo artístico de materiales naturales preciosos, como el nácar.
Se trata de una fábrica de la era industrial, una auténtica joya de la época hasta el punto de que fue declarada Monumento Histórico en 1994. Construida en la segunda mitad del siglo XIX a instancias de Louis M. A. Fessart, la fábrica fue vendida después a Agénor Dégremont, que continuó la producción de objetos y utensilios de madera, marfil y otros materiales naturales. En 1921, fue comprada por Industrie Méruvienne, empresa que cerró sus puertas en 1972. Posteriormente, la fábrica experimentó un fuerte declive hasta su resurgimiento en la década de 1990, con sucesivas renovaciones que llevaron a una reapertura parcial en 1999 y a la finalización de las obras en toda la estructura en 2016.
La exposición del museo, compuesta por objetos artísticos, maquinaria y diversas herramientas de trabajo, representa una valiosa visión histórica de la zona a partir del siglo XVII, cuando, para sobrevivir, los campesinos locales se dedicaban a la artesanía durante la fría estación invernal, produciendo objetos necesarios para la vida cotidiana o simplemente por moda, cada uno dotado de gran belleza: trabajaban principalmente el nácar, pero también la madera, el hueso y el marfil, para crear numerosos productos, como cepillos, marcos, abanicos, mangos de cubiertos, rosarios y, en particular, botones y fichas de dominó.
Además, el recinto museístico cuenta con talleres artesanales, minuciosamente recreados y dotados de equipos y maquinaria de la época, que permiten al público hacerse una idea del meticuloso trabajo que requería la fabricación de tales objetos. Con una media anual de unos 20.000 visitantes, el Musée de la Nacre et de la Tabletterie consigue así mantener vivo el recuerdo de esta preciada artesanía local.
En vista de este éxito, y con el fin de promover el patrimonio cultural y territorial, el District de Sablons (comunidad de municipios de una misma zona unidos para planificar y desarrollar espacios y promover acciones de interés común), actual propietario de la antigua fábrica Fessart, inició una serie de obras para renovar todo el recinto: se atribuyó un papel fundamental al sistema de iluminación, factor clave para garantizar no solo una excelente visibilidad, sino también para destacar la exposición de forma segura. Basándose en su considerable experiencia en iluminación arquitectónica y de museos, Disano fue elegida para llevar a cabo el diseño de iluminación y suministrar las luminarias. La selección incluía los modelos Faro, Vista y Minifloor, luminarias con un exquisito estilo Made in Italy y un equipamiento técnico totalmente innovador.
Sus fuentes LED se caracterizan por un excelente mantenimiento del flujo durante su larguísima vida útil, la máxima reducción del parpadeo perjudicial (low flicker) y una gran rentabilidad, a la que contribuye la posibilidad de controlar la potencia luminosa.
Así pues, la luz de las luminarias Disano consiguió ofrecer al museo francés una solución a medida, acorde con las exigencias de una iluminación eficaz, precisa y económica: en otras palabras, una iluminación de calidad absoluta.

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Musée de la Nacre et de la Tabletterie