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En su pasado, la isla de Malta sufrió continuos ataques desde el exterior, que culminaron en el Gran Asedio de 1566 por parte del Imperio Otomano: gobernadores de la isla desde el siglo XI, los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, también conocidos como Caballeros Hospitalarios o Caballeros de Malta, protagonizaron una tenaz y constante oposición a los turcos, pero no sería hasta 1566 cuando, liderados por su valeroso Gran Maestre Jean Parisol de la Valette, lograron imponerse al poderoso ejército otomano, gracias también al apoyo de las tropas españolas.
Por tanto, la principal necesidad pasó a ser la defensa de todo el territorio, lo que llevó a Jean de la Vallette a proyectar la construcción de una aldea bien fortificada y, para mayor seguridad de sus habitantes, dotada de un plano en forma de tablero de ajedrez, para poder alcanzar rápidamente las murallas en caso de incursiones enemigas. Así nació La Valeta, que lleva el nombre de su fundador, hoy protegida por murallas que se extienden a lo largo de casi cuatro kilómetros y que, junto con otras estructuras fortificadas posteriores, la hacen parecer una auténtica fortaleza. En el interior, sobrios edificios de piedra amarillo ocre con coloridas contraventanas y balcones se asoman al entramado de calles perpendiculares.
Debido a la gran profusión de lugares históricos y culturales en relación con su pequeño tamaño, La Valeta se convirtió en 1980 en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El estilo barroco predomina en toda la ciudad: un ejemplo es la Concatedral de San Juan Bautista, cuyo interior resplandece con abundantes decoraciones y cuadros de pintores ilustres, entre ellos Caravaggio. El Museo de Arqueología también se encuentra en un magnífico edificio barroco, construido en 1571 a instancias de los Caballeros de Malta, y contiene una rica colección de hallazgos que datan desde la prehistoria hasta la época romana.
Junto a los edificios históricos, los jardines públicos de Barrakka, divididos en inferior y superior, son sin duda un oasis de paz en medio de una vegetación cuidada, de estatuas y monumentos: en los jardines superiores, una amplia terraza, por la que desfilan poderosos arcos, ofrece una maravillosa vista del Gran Puerto, una de las dos ensenadas naturales de la isla.
Para iluminar la bella capital del archipiélago maltés, el ayuntamiento está completando la sustitución de las antiguas fuentes de luz por luminarias exclusivamente Led: el objetivo es hacer de los espacios públicos un entorno cómodo, seguro y utilizable incluso después de la puesta de sol. Pero eso no es todo, porque los centros urbanos modernos crean cada vez más rutas diferenciadas y diseñan carreteras para el tráfico de coches, carriles bici, zonas de tráfico restringido y áreas peatonales. Por tanto, cualquier diseño de iluminación para el mobiliario urbano debe tener en cuenta esta pluralidad de necesidades, sin descuidar la protección del medio ambiente y sus habitantes. De ahí el uso de luminarias Led de última generación, capaces de alumbrar cada lugar de instalación no sólo con una luz de mejor calidad, sino también con más luz, sin que ello repercuta en los costes energéticos y de mantenimiento.
Las reducidas dimensiones de las fuentes Led contribuyen a crear luminarias de auténtico diseño, con líneas y formas que facilitan una integración armoniosa en cualquier contexto urbano.
La solución ideal para La Valeta la proporcionó el uso de Visconti 2.0, un producto estrella de la producción de Disano para el mobiliario urbano de todos los tamaños: con un diseño estético en perfecto estilo Made in Italy, la luminaria está diseñada para maximizar el funcionamiento de los ledes, permitiendo una correcta disipación del calor y la mejor distribución de la luz.
Las prestaciones de las fuentes Led de Visconti 2.0 son del más alto nivel, con temperaturas de color que van de 3000K a 4000K. La gama de diferentes potencias con distintos tipos de ópticas permite iluminar calles, plazas y carreteras con una difusión y una potencia luminosa siempre adecuadas al contexto, lo que otorga un gran ahorro de energía, así como una reducción de los costes de mantenimiento. Además, estas fuentes minimizan los contaminantes y no producen emisiones nocivas ni para el ojo humano ni para el planeta, por lo que emiten una luz sana y respetuosa con el medio ambiente. Dispositivos de este tipo atestiguan la dirección elegida por Disano hacia la llamada green economy.
Así pues, en la ciudad de La Valeta, todos los espacios públicos han recibido la iluminación adecuada gracias a los productos de Disano, lo que se traduce en una mayor eficacia, economía y sostenibilidad, garantizando así la seguridad y el pleno respeto de los habitantes y de su entorno.

Panattoni Park Bydgoszcz II

Alumbrado público en La Valeta